Estaba en París haciendo ejercicio en un gimnasio cuando recibí una llamada de Mathieu. Quería que viniera y lo follara. Ya estaba bien encaminado con mi ejercicio y no tenía muchas ganas de parar, pero él comenzó a rogar por mi gordo, diciéndome que su esposo lo había dejado para irse a España por dos semanas y lo desesperado que estaba por una polla. Me di cuenta de que el tipo estaba seriamente en celo y mi polla comenzó a ponerse dura en mis chándales mientras lo escuchaba rogar … ¡Así que fui a conocerlo! ¡La perra tomó mi polla y le encantó!
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